Estaba sola. Con mis cuadros y mi mochila en el aeropuerto de lima, barada con 9 horas de espera para volver a Buenos Aires y ahi lo vi.
Un hombrecito vestido de blanco, con un turbante hindú y de pies descalzos. Me llamo la atención. Sentí una atracción. Saber, hablarle, su imagen me transmitio algo.
Me Dormi una siestita plena para acortar la espera. Luego de unas horas lo volvi a ver.
Lo seguí. Se habia acostado en un lugar donde no había nadie, pero nadie. Como si hubiese generado esa tranquilidad en el espacio, en un aeropuerto lleno de gente.
La vista: el atardecer anaranjado desde los ventanales.
Me sente unos asientos mas atras, e hice ruido para que notara que estaba ahí y me pregunto la hora y me acerque.
Me invito a una clase de vida y acepte. Me quede sentadita conversando. Lo escuchaba con tanta atención como cuando mi abuela me leia a la noche cuando era chiquita.
Sabia mucho. Muchísimo.
Un hombrecito que vivía viajando, su próximo destino era Amsterdam. Llevaba una mochila y ese era todo su equipaje . Tenia 3 libros grandotes y pesados.
Cuando le pregunte de donde venia respondió : ¨Yo vengo de la luz ¨. Nose de donde era. Pero que importaba eso en fin.
Era misionero vivía de hacer artesanías y de la música.
Leyó la Biblia y el Corán, sobre el budismo y la meditación.
Me mostró una pagina de la Biblia que hablaba de la marihuana.
Me mostró mensajes subliminales que tenían los billetes
Me explico otras cosas más que me despertaban interés.
Hablamos del 2012
De lo que había ocurrido en Haití
Se el iba el avión. Esa hora que hablamos había pasado como si hubieran sido 10 minutos contados y yo estaba sedienta de su sabiduría. Quería saber mas. Quería mas historias.
Nos vamos a volver a ver me aseguro.
¨Nos vemos en el futuro¨ dijo
Me dio un abrazo y se fue
Sabia que algo me habia transmitido mas alla de su conocimiento.
lo efímero en la vida
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