La mochila grande la habia dejado en Humahuaca.
Parti a iruya a las 10 de la mañana. El Camino parecia una calesita sin fin que me obligaba a cerrar los parpados para dormir cuando no queria.
En humahuaca habia conocido a 3 personajes extraordinarios. Asi que decidi Hacer el camino de San Isidro con dos de ellos.
Al llegar a iruya recorrimos un poco esas bonitas callecitas en subida y en bajada que te cansan tanto las piernas. Almorzamos muy rico y barato en un restaurant del pueblo donde el mozo lugareño nos cargo las botellas de agua para iniciar la caminata.
En la mesa de atras estaba sentado una familia Argentina, hablando con unos españoles de Northface y otras marcas de ropa que nose ni que corno son. Y cuando el mozo trajo la cuenta se curaron de espanto. ¨ Tan caro por ésto¨ . Por supusto no le dejaron ni una miserable moneda de propina.
Karina se termino el cigarrillo y arrancamos la caminata. Yo no podia fumar porque sino me estancaba a los dos minutos.
En la caminata (que fue de dos horas cuesta arriba) nos encontramos una familia de turistas que estaban volviendo que nos dijeron que faltaba mucho. Mas adelante habia dos niños de 7 años y una niña de 10 con un cabrito volviendo al pueblo de Iruya, y un señor que iba armando parte del camino con un pico, y levantando piedras pesadísimas cuando no había sendero posible. Tuvimos suerte de que el rio estaba bajo, y ninguno metio la pata donde no habia que meterla. Nos refrescamos con agua del rio, que era la mas rica que habia probado.
Ariel, se encargaba de hacer mas llevadero el camino, contandome de su Sexteto de tango que tiene en Mar del Plata, se armaban charlas super interesantes de viajes y de mas y con compartía mis silencios, miradas cómplices para sacar algunas fotos que merecían ser registradas y algunas charlas de arte porque era profeso Karina ra de Bellas Artes.
Cuando estabamos llegando Karina lo presintio porque alguien del pueblo habia bajado para dejar una cajita de vino en señal de ¨ ES ACA¨ jajaj.
Subimos al pueblo. Enloquecidos en lo que era. Simple y Muy chiquitito, pero precioso. Ariel se encargo de conseguir un hospedaje mientras que nosotras con Karina tomabamos algunas fotos.
Hospedaje Laura.... Ahi nos quedamos, Albino el dueño del lugar nos recibio timido y serio. Dejamos nuestras cosas y nos fuimos a dar una vueltita. Anciabamos unos mates para merendar.
Merendamos y luego cenamos bajo la luz de la vela. San isidro es un pueblo que no tiene electricidad, pero ya esta por llegar.
Nos fuimos a la habitacion a las 9 de la noche, hicimos Yoga, que fue lo mejor que podiamos haber hecho en un lugar asi. antes de dormir, y una vez acostados, nos dimos cuenta en donde estabamos. En la nada misma, sin luz y lejos de todos. Salimos afuera con todo el abrigo posible a apreciar la noche estrellada.
El pueblo quedaba iluminado de a ratos con velas y con celulares que los usaban simplemente de linterna, por la falta de señal.
Desde algun lado se escuchaba una fuerte musica, se comentaba de una fiesta de 15 en el pueblo ,¨ Vengan Vengan que les pagamos el vino¨ .... gritaba uno.
Por supuesto por la mañana estaba todo el pueblo empapado de olor a borrachera y Albino sonreía solo y seguia tomando a escondidas.
Antes de volver hablamos un poco con la hija de Albino que nos sirvio el desayuno. Y nos dieron el nombre del director de la escuelita que habia en San Isidro. Quedamos en ponernos en contacto con el.
Emprendimos la vuelta, casi sin ganas. A lo lejos se veía un camión lleno de hombres contentos y emocionados, eran los invitados de la fiesta de 15. Me habia quedado una experiencia única. De como vivían allí. Los coyas, muy inteligentes y creativos por cierto, te hacen ver como vivir con lo justo y necesario. Y lo lindo de esto, es ver calidez en sus rostros. bondad y simpleza y un sin sonrisas naturales, espontaneidad, que eso es lo mas me lleve guardado en el bolsillo.
